lunes, 30 de mayo de 2016

Luis F. F. Simón: 'En clave de Sol'

Bien documentada, bien estructurada y lo que es aún más difícil: creíble. 'En clave de Sol' es la primera novela del escritor granadino Luis F. F. Simón. Recoge el mito pitagórico de la música de las esferas y traslada su búsqueda a los tiempos actuales. Convivirán en la novela un dj, una abogada y un 'neuromúsico' con Pitágoras, Beethoven, Mozart y los masones de la Rosacruz. Ansían encontrar el legado de Pitágoras: la música que producen los planetas en su rotación y cuya armonía trascenderá al ser humano. Repasarán las culturas más ancestrales del planeta y en peligro de extinción, guardianes de los más profundos secretos armónicos. Como siempre, os mostramos un fragmento de la novela:


"Miko se estremeció. Las voces femeninas bañaban el tema principal de "La Danza del Sol" con una pátina de profunda melancolía, un quejido apenas audible que iba girando hacia un lamento sobrenatural. Es como si la propia montaña en cuyo vientre se encontraban se manifestara como portavoz de la madre tierra, elevando un desgarrador grito a toda la humanidad. Todos los allí presentes sintieron cómo infinitos siglos de historia se manifestaban a través de las yemas de sus dedos, la sudoración de sus manos, el temblor de sus pies, sus arrebatadas voces, dirigiendo un mensaje, que provenía de una dimensión invisible, hacia los cielos".
"Miko confirmó en su propia piel la energía que desde un principio había percibido en esa canción. Sus notas susurraban secretos y brillaba la magia en su melodía. Gozó de la belleza de la canción luchando consigo mismo para no caer irremediablemente rendido a los pies de la diosa de la música. No quería dejarla entrar de nuevo en su vida, pero ese tema le mostró quién era él en realidad, y la imagen se alejaba bastante del perfil que se había creado en Lisboa".
"Alicia quedó hipnotizada por el fuego, que parecía danzar al son de la música, y vio allí reflejada su alma. Los claros y oscuros de su vida se sucedían al compás de las llamaradas. Un centalla salió disparada hacia arriba".

Podéis escuchar a Luis F. F. Simón leer un pasaje de su novela 'En clave de Sol' en este vídeo de Canal Libretería:

jueves, 26 de mayo de 2016

Cuando la literatura se convierte en carne viva...

Roberto Villar Blanco: 'Tus dos nombres'

La televisión española ha sido (y es) para guionistas una dura prueba más propia, en muchas ocasiones, de un cruel entrenamiento de marines. Sujetos además a dispares (y disparatados) directores de orquesta ora indefinidos ora indecisos con los índices de audiencia. La selección natural de esta gimkana ha fructificado en una buena colección de escritores y en bastantes ocasiones, de buenos novelistas. Por citar dos ejemplos conocidos pero distintos: Boris Izaguirre o Jorge Díaz. Quizás no tan popular sea este otro: Roberto Villar, que también ha tenido que limar la pluma en esas mismas fraguas. Juzguen ustedes mismos. Aquí tienen un fragmento de su novela: 'Tus dos nombres'.


"Llamaron a la puerta sin hablar. Sólo tronó la puerta como atizada por un badajo de nudillos desmesurados. Irene apretó a su hija encapsulándola contra los males del mundo, sabiendo a un tiempo lo vano de su acto. Sergio sonrió ante el sobresalto instintivo de su mujer. Salma se miraba en el espejo como preguntándose si esa niña era ella. Una tranquilidad neblinosa sobrevino al instante y el baño se iluminó con tres sonrisas excesivas. Por un momento, todos vivieron dentro de una pausa poética con el fondo de la lluvia bisbiseando sobre los techos de la ciudad".
                "Entonces Ramírez gritó, decretando otra naturaleza". 
                "Papá y mamá se miraron con ojos que nunca habían tenido, tal vez quiso decir algo que no pudo; la angustia le crispó los dedos. Sergio también apretó el envoltorio blanco. Salma se conmovió cuando sus padres supieron lo que había tras esa voz militar. Irene se quedó adherida a su hija mientras buscaba en las paredes del baño una ventana que nunca había estado allí. Los ojos de Sergio se llenaron de pánico acuoso mientras imponía a sus manos gestos que impusieran calma. Fue con tres golpes que violaron el hogar. El estrépito final de la puerta de entrada se impuso como una orden de silencio al llanto incipiente de Salma, ahogándolo, congelando su gesto en una mueca nueva". 
            "Sergio y su mujer se despidieron con una urgentísima mirada desesperada, que tal vez pudieran interpretar en el futuro y tal vez no. Literalmente, a ambos les temblaban las piernas".

Podéis escuchar a Roberto Villar leer un pasaje de 'Tus dos nombres' en este vídeo de Canal Libretería:

martes, 24 de mayo de 2016

'Una vida en diez líneas de Word'

"Morir para vivir eternamente. Esa jugada con las que el destino premia a sus elegidos", así concluía Víctor Fernández Correas el martes pasado, 17 de mayo, su post de 'Una vida en diez líneas de Word'. Y efectivamente era Manolete. Enhorabuena a los que resolvisteis su reto. No estaba fácil. A continuación os enfrentáis a otra de sus originales descripciones:


Víctor Fernández Correas

Cordobés de pura cepa. De buena familia, estudió para ser algo en la vida. Aunque tuvo sus momentos como abogado le pudo la política, en la que hizo carrera. Y se hizo famoso por su elocuencia, por los argumentos que utilizaba y la manera de usarlos. Un lujo, y más comparado con lo que se estila en estos tiempos. Como era bueno -muy bueno- no le importó coquetear con el poder, lo que le reportó algún que otro disgusto. No por eso cesó en sus coqueteos con los que mandaban de verdad, de los que se alejó en cuanto vio que pintaba menos que la Tomasa en los títeres. Pero el que tuvo, retuvo, y al final se comió el marrón que otros tramaron a su espalda. Como aquello de unos crían la fama, etcétera. Y se largó con la conciencia tranquila y con ganas de apartarse, de verdad, de todo y de todos, que tampoco el mundo en el que vivía era muy de fiar. Por suerte quedó su legado, del que no hay día que nadie aprenda un poco. Que es mucho. El legado y lo que se aprende de él.

lunes, 23 de mayo de 2016

Fernando Gamboa: 'La historia de Luz'

Fernando Gamboa maneja con mucha habilidad un género por algunos denostado y por otros querido y disfrutado: la novela de aventuras. De hecho es uno de los escritores españoles más prolíficos y más vendidos indistintamente como ‘indi’ o bajo la batuta de las editoriales. Pero Fernando Gamboa posee además otros registros literarios sorprendentes. Uno de ellos es el que deseo presentarles. Se trata de una novela que se sale totalmente del guión de Gamboa: ‘La historia de Luz’. Y que les recomiendo encarecidamente que lean. Para que sepan de qué va este relato, La Libretería les ofrece a continuación el prólogo que el autor escribe:


“Hay algunas historias, tan hermosas, que no pueden dejar de ser contadas".
"Esta que tiene en sus manos, me la explicó una amiga colombiana mientras tomábamos tinto con almojábanas en un café de Cali, al sur de Colombia, y narra los increíbles episodios que, hace unos años, fueron protagonizados por una niña llamada Luz".
"Recuerdo que lloré emocionado en aquel café, mientras escuchaba el relato en boca de mi amiga. Pero no lágrimas de tristeza, sino de esa felicidad mágica, milagrosa, que tan pocas veces se deja ver y que cuando nos pasa siquiera rozando con la punta de sus alas, nos encoge el alma y deseamos revivirla una y otra vez, intuyendo que solo así tiene sentido todo lo demás. Y fue precisamente la necesidad de recrear aquel breve y perfecto momento de felicidad lo que me llevó a escribir este libro". 
"Honestamente, no me puedo considerar el autor aunque mi nombre aparezca en la portada, pues es la protagonista quien con su vida ha hecho posible cada línea en esta obra. Yo me he limitado a narrarla de la única manera que concebía hacerlo: humildemente y con el corazón en la mano". 
"Así, mi única pretensión ha sido ser todo lo fiel posible a los acontecimientos, y tratar que esta historia resulte tan conmovedora e inolvidable para usted como lo ha sido para mí. Tomar aquel instante de felicidad y sembrarlo en cada página de este libro, con la esperanza de que florezca ante sus ojos".
"Ojalá lo haya conseguido".

Si queréis, podéis escuchar y ver al autor leyendo un fragmento de 'Darkness', novela inédita y segunda entrega de las aventuras del Capitán Riley, en Canal Libretería:

viernes, 20 de mayo de 2016

Jordi Díez: 'El Péndulo de Dios'

Abordé con escepticismo lo que creí, en un principio, otro relato más sobre las reliquias de Jesús, pero enseguida me atrapó y descubrí una novela trepidante que va más allá de todo eso. No hay ni santos griales ni descendientes de María Magdalena. O sí, porque ¿quién es Mariam, además de una esenia bendecida por Yeixú (Jesús) y seguidora de Yuhana (San Juan)? En cualquier caso, a mi juicio, el auténtico leitmotiv de esta aventura con personajes históricos tan interesantes como Plinio, El Viejo, es el equilibrio universal entre la Luz y la Oscuridad y el debate interno de los contrarios: El Péndulo de Dios. Otra cosa. Hay quien critica la forma con la que resuelve Jordi Díez esta novela. A mi, particularmente, me dio en qué pensar. Sobre todo porque me cuesta creer en un mundo desesperanzado. 

Os dejo un fragmento con el que el autor relata la matanza que las legiones romanas hicieron sobre el pacífico e indefenso pueblo esenio:


"El terror había barrido la sabiduría y la paz de Secacah, dejando en su lugar un amasijo de cuerpos mutilados, una balsa de sangre en la que flotaban vísceras y miembros seccionados por la acción brutal de una espada. Eso era lo que habían hecho con los hombres, así que me temblaron las piernas solo de imaginar qué harían con nosotras. Abandoné mi cueva y corrí a refugiarme con el resto de las mujeres, que gritaban enloquecidas ante la amenaza cada vez más cercana de los quitim. Tuve la serenidad de tirar al vacío las escaleras de acceso a la cueva mayor, pero no sirvió de nada. Aquellos seres trepaban como bestias poseídas por una fuerza maligna que los hacía invencibles y terroríficos. Algunas mujeres prefirieron despeñarse por los acantilados antes de caer en sus manos. Los vimos alcanzar la primera cueva y entrar con las espadas en alto. Escuchamos el ruido húmedo de sus armas contra la carne de nuestras hermanas, pero no tuvimos más tiempo para ver el horrible espectáculo. También llegaron a nuestra cueva. Sus cuerpos manchados por la sangre de sus víctimas, los ojos sanguinolientos y sus piernas descubiertas, fuertes como las de un caballo. Empuñaban lanzas y espadas cortas que mataban en tajos precisos contra el cuello o las piernas. Algunos se entretenían violando cadáveres, mientras el resto continuaba con la matanza. Corrimos al fondo de la cueva, pero esos hijos del Diablo nos siguieron, entraron con nosotras y con los pocos niños que quedaban. Nos encajonaron entre la pared del fondo y sus espadas. Primero mataron a los niños, se los pasaban hasta que uno le clavaba la espada y lo levantaba en el aire para comprobar la resistencia de su cuerpo. El olor a orines se unió al terror, la sangre y los gritos".


Podéis escuchar a Jordi Díez leer otro pasaje de 'El Péndulo de Dios' en este 
vídeo de Canal Libretería:

martes, 17 de mayo de 2016

'Una vida en diez líneas de Word'

"Como al gato, al tipo de hoy lo mató la curiosidad. Una curiosidad oscura, negra y asfixiante", decía Víctor F. Correas en su post del 8 de mayo en esta sección. Se refiría a Plinio, el Viejo: "Suerte que allí había un chaval que no escribía mal", añadía. 

Aquí tenéis un nuevo reto para darle a la sesera y, como siempre, 'en diez líneas de Word':


Por Víctor Fernández Correas


Eso de llamarse como el padre no debe de ser bueno. Y más si llegas más donde no lo hizo tu progenitor. Y más aún si te conviertes en leyenda y tu nombre pasa de boca en boca, de oído en oído, de mirada en mirada. Los que te vieron, los que lo contaron. La eternidad, que es así de caprichosa. Al tipo de hoy el destino lo sacó del hambre con una condición cuyo fin, como siempre, se reservó. Mientras, le dio gloria y riquezas, fama y mujeres. Todo, todo lo que quiso lo tuvo en su mano. Salvo la vida. Ese fue el pacto secreto que sólo conocía el destino. O eso creía. Porque él también lo sabía. Su vida pendía de un hilo, y cada atardecer era una nueva oportunidad para vivir, para dejarse las pocas fuerzas que le quedaban en las entrañas de su amada. Rápido, rápido, siempre rápido. Así vivió en un mundo que era tan inmenso como mínimo. Ambas vertientes las conoció. Hasta que una negra sombra se encargó de anunciarle la caducidad de su pacto. Morir para vivir eternamente. Esa jugada con las que el destino premia a sus elegidos.

domingo, 15 de mayo de 2016

Mario Escobar: 'Canción de cuna de Auschwitz'

Probablemente esta primera confesión no sea relevante. Canción de cuna me dio la posibilidad de conocer a Mario Escobar. Gracias a sus novelas había descubierto el escondido genocidio armenio y gracias a su lectura la apasionante descripción de un oculto y joven Adolf Hitler. Por tercera vez, como las sagradas revelaciones, su última novela me ha desvelado el genocidio gitano.
Quizás ésta, segunda de las confesiones, probablemente os interese más. Canción de cuna no es una novela al uso de Mario Escobar. Es mucho más. Aunque él no lo reconozca, en ella el escritor se ha dejado la piel. Y se nota. Sus personajes (históricos, por cierto) os sorprenderán una y otra vez. Y cuando creáis que estáis ahítos de sensaciones, lo volverán a hacer. Además 'Canción de cuna de Auschvitz' dificilmente os resultará indiferente. Aquí os dejo uno mis fragmentos preferidos:


"Mengele ya no pasaba nunca por el campo gitano, lo solía ver desde la alambrada seleccionando a los pobres judíos húngaros que llegaban en oleadas interminables cada día a Birkenau. Desde la distancia parecía sereno, vestido con la misma pulcritud de siempre, como si el desmoronamiento del Tercer Reich y la descomposición progresiva de Auschwitz no le afectaran en absoluto. El doctor nos hacía llegar secretamente algunos alimentos, de alguna manera seguía protegiendo a mi familia, aunque fuera como el último resquicio de humanidad que aún le quedaba. Los guardianes, en cambio, parecían abatidos y furiosos al mismo tiempo. Mataban a los prisioneros a capricho, movidos por cualquier excusa, pasaban la mayor parte del día bebidos, ebrios de sangre y odio, como perros rabiosos que se encuentran acorralados y dan sus última dentelladas antes de desaparecer".
"El caos reinaba por doquier. Los nazis se sentían desbordados en todos los sentidos y sabíamos que, en cierta forma, nuestro campamento era un quebradero de cabeza para las autoridades del campo. Unas semanas antes, los soldados de la SS habían desalojado el campo de familias judío, durante varios días habían llevado a casi todos sus miembros en camiones hacia las cámaras de gas".



Si queréis, podéis escuchar y ver al autor leyendo otro fragmento de 'Canción de cuna de Auschwitz', acompañado en esta 'edición especial' por los escritores Jorge Díaz y Victor Fernández, y las escritoras Blanca Miosi y Kristel Ralston, en Canal Libretería:



martes, 10 de mayo de 2016

Víctor Fernández Correas: 'Cervantes tiene quien le escriba'

A Víctor, lo de escribir, le llegó 'tardío' y en La Vera cacereña, de donde le nacen sus raíces. Eso cuenta él. Y sin embargo en tan poco tiempo, sólo 16 años, ya ha hecho tanto ruido: 'La conspiración de Yuste' y la 'Tribu maldita'. (Si no las has leído, no sabes lo que te pierdes). Les presentamos ahora su última y más reciente obra: 'Cervantes tiene quien le escriba', a diferencia del coronel Aureliano Buendía que carecía de epistolario. No sólo escribe Víctor Fernández Correas* sino que comparte con 20 autores esta antología conmemorativa del padre de la novela. Con otra pecualiridad: los derechos de autor se destinan al Banco de Alimentos de Granada. Aquí tenéis uno de los relatos escritos por Víctor Fernández:


"En mis ojos vería que no había ningún miedo y que la muerte no tenía sitio en ellos, pues si yo estaba allí era para evitar que la siniestra dama recogiera su cosecha. Asintió en silencio, esbozó una media sonrisa y lo vi alejarse hacia la proa. Por última vez se giró y me lanzó una mirada decidida. Justo cuando tronaron nuestros cañones por primera vez. 
—¡Baaam! ¡Baaam! ¡Baaaam! ¡Baaaaam! 
Nuestras galeazas escupieron tal cantidad de fuego que varias galeras infieles saltaron por los aires. Y la muerte, imagínate, frotándose las manos. ¡Menudo festín estaba a punto de darse! 
—¡Que se pudran en el infierno! ¡A pique todas sus naves! ¡Muerte a todos ellos! La algarada creció entre los nuestros, encendidos por el recibimiento que dimos a las naves de Alí Pachá, almirante de la armada turca, que no tardó en reponerse. Ahora cierra los ojos e imagina decenas de embarcaciones colmadas de rabiosos marinos y soldados aproximándose a ti a gran velocidad. Los gritos de los turcos se oían cada vez más nítidos, crecía el estrépito de timbales y pífanos y el aire empezaba a llenarse del espeso y asqueroso humo provocado por los cañones. En ese momento sí que comenzaron los combates de verdad. Que fue cuando un soldado me ordenó que me pusiera a cubierto de inmediato. 
—¡Vuestra vida vale mucho más que cualquiera de las nuestras! 
Llovieron los proyectiles, cayeron los primeros soldados. Otros respondían a los infieles con peor saña. Los insultaban y disparaban con un odio tan encendido como las pavesas de sus arcabuces. 
—¡Meteos en la sentina y salvad a los que podáis! —me ordenó Don Diego de Urbina, que trataba de mantener la entereza de sus huestes ante las arremetidas de los turcos. Y allí me fui. En aquel espacio, que apestaba como nunca te podrás imaginar en tu vida por mucho que lo intentes, lector, sólo estaban los enfermos, que por eso no podían participar en la batalla. La sentina comenzó a llenarse de los primeros heridos. La sangre, el hedor, los gritos, los lamentos. Y entonces ocurrió la pesadilla que turbó mi sueño..."

*Víctor Fernández Correas colabora además con este blog de 'La Libretería' desde el viernes 6 de mayo con su sección: "Una vida en diez líneas de Word".


Podéis escuchar a Víctor Fernández Correas leer un pasaje de 'Cervantes tiene quien le escriba' en este vídeo de Canal Libretería:

domingo, 8 de mayo de 2016

'Una vida en diez líneas de Word'

Efectivamente, era Maximilien Robespierre. Enhorabuena para aquellos que adviniran, con sólo diez líneas de Word, el personaje histórico que describía el pasado viernes, 6 de mayo, el escritor y periodista Victor Fernández Correas. En las próximas diez 'líneas de Word' nos plantea un nuevo reto. ¿Quién es?

Por Víctor Fernández Correas


Como al gato, al tipo de hoy lo mató la curiosidad. Una curiosidad oscura, negra y asfixiante. Tela. Y murió relativamente joven, aunque para la época ya era viejo, que conste. Un rato viejo, desde luego. Se trabajó una larga carrera como militar, fue de un lado para otro, conoció, vivió, visitó, y más tarde le dio por poner todo su saber en negro sobre blanco. Porque no escribía mal, el tipo. Vino por aquí, donde permaneció alguna que otra temporada, se fue a la otra punta del continente, y de todo y de todos absorbió lo que pudo, que no fue poco. A modo de retiro se marchó al lado del mar, donde podía navegar y vivir una vida relativamente tranquila. Hasta que llegó la nube. La vio, quiso examinarla mejor, se acercó hasta ella, y lo puso a criar malvas. Una cosa extraña, muy extraña. Suerte que por allí andaba un zagal que tampoco escribía mal para recordar cómo fue el asunto. Que pone los pelos de punta cuando se recuerda, ya digo.

viernes, 6 de mayo de 2016

'Una vida en diez líneas de Word'


Víctor Fernández Correas


El protagonista de hoy es un político. Daba miedo, pero que mucho miedo. Venía de buena familia, por lo que pudo labrarse un futuro como abogado. Y comenzó a escribir, que no se le daba mal al tipo. Trabó amistad con filósofos, escritores, poetas… Llegado el momento dio un paso al frente y se convirtió en la bandera de todo lo que faltaba en su patria: libertades, democracia, igualdad… Y triunfó. Quizás porque fue un tipo íntegro, de moral rígida, fiel a sus principios. Hasta que perdió la cabeza. Él y otros muchos. Los nuevos tiempos, que se les fueron de las manos. La patria se convirtió en una merienda de negros -con perdón-, y las dentelladas se pudieron escuchar en todo el orbe, pues a ello ayudó la efervescencia que aupó al tipo y a sus acólitos hasta los más alto. Total, que hubo derramamiento de sangre -ríos y ríos, y no es una metáfora- y la muerte no daba abasto, encantada con el percal desatado. Al final de los finales el tipo aceptó a regañadientes el billete de ida que le expidió la Negra Señora. Se fue y volvió la paz. Cosas de la vida.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Carmen Grau: 'Nunca dejes de bailar'

Igual que Augusto se rebela contra su creador Miguel de Unamuno: “quiero ser yo, quiero vivir”, le dice; así mismo se insubordinan, o resignan, los protagonistas de ‘Nunca dejes de bailar’ contra un creador divino. Una novela apasionante con personajes apasionantes, donde no falta el “hombre feminista” que tanto le gusta a Carmen Grau, -más que reivindicar- solicitar, y donde encontrarás más de una historia de amor o desamor. Un relato donde la escritora barcelonesa juega con el tiempo, y los tiempos, como Einstein lo haría con las ondas gravitacionales. Como dice otro gran escritor: "¿Todavía no habéis leído ‘Nunca dejes de bailar’? No sé a qué esperáis". Ahí os dejo un fragmento:



"No me lo podía creer: le acababa de decir que se acabó y él insistía en que me llamaría. Pero yo tampoco tenía ganas de discutir. Además, ya había visto la caja de las pastillas,  todavía con el precinto, sin abrir. Días antes él me había pedido una, pero yo no tenía. Esa mañana, mientras yo aún dormía, debía de haber ido a comprarla para que yo la encontrara al despertar. ¿Estaba intentando hacerme sentir culpable o era él quien se sentía así?" (...)
"Mi padre no dice nada. Un abrazo en el entierro, eso fue todo. (...) Me da más pena que mi madre. Ella al menos habla con sus amigas. Él calla y yo me pregunto a qué pozo van a parar todas las emociones que sentimos los hombres y que la educación nos hace reprimir para aparentar una fortaleza varonil que no existe, que no es más que una coraza que nos aísla y recluye a cada uno en nuestra propia soledad. Mi padre y yo hemos estado sentados uno frente al otro, solos, y no hemos sido capaces de expresar nada."

Si queréis, podéis escuchar a Carmen Grau leer otro fragmento de 'Nunca dejes de bailar' y presentar su novela en Canal Libretería

martes, 3 de mayo de 2016

Nace 'Recalcitrantes', una nueva editorial terca, reacia y reincidente

Recalcitrantes nace con ánimo desafiante desde su mismo nombre. No es «recalcitrantes» un vocablo que cargue un sentido positivo; más bien remite a una «nube de etiquetas» flotando en una atmósfera de terquedad y hasta de tradicionalismo. Por querer invertir este sentido y, por una vez, jugar en territorio del natural adversario, «recalcitrante» para nosotras es quien, como dicen los diccionarios oficiales de la lengua, se caracteriza por ser terca, reacia, reincidente, obstinada, aferrada a una opinión o conducta.

Nos reconocemos en esa colección de adjetivos en nuestra relación con la literatura. Amamos los libros y nos obstinamos en que aquellos que amamos especialmente no desaparezcan. Por esta razón, Recalcitrantes Eds. se especializa en la edición de textos no inéditos, libros que han estado un tiempo en el mercado editorial para desaparecer después en la bruma del olvido de editores y lectores.
Nuestros libros han sido escritos por mujeres. Mujeres que han querido escribir ya sea apelando o sin apelar a su condición de mujeres. Mujeres cuyas singularidades se inscriben en un contexto que interpretan y en el que intervienen como mujeres, que desafían, se avienen, cuestionan o se parapetan en una relación constante con el mundo que no puede describirse sino como tensión creativa, bien sea en un formato de ficción o narrativa, bien sea como ensayo.
Recalcitrantes no es una editorial complaciente en la selección de títulos, pero sí aspira a que sus libros paseen sus virtudes ante el mayor número posible de ojos. Por esta razón, nos comprometemos con diseños atractivos y de fácil lectura. Porque amamos también el objeto libro pero sabemos que debemos justificar su valor con un precio adecuado a un mercado al que llegamos con el ánimo de contagiar la obstinación que caracteriza nuestra empresa.



Noelia Adánez. Está en la tarea de comprender el pasado desde sus años como investigadora y profesora en la universidad hace cerca de cinco lustros. En este presente continuo parece importarme más, sin embargo, lo pasado y su trabazón con distintas experiencias intelectuales y artísticas. Su mirada se ha ido desplazando hacia las literaturas y lo audiovisual, con el ojo siempre puesto en el retrovisor por ver qué es lo que, viniendo por detrás, todavía nos puede dar alcance. Noelia es politóloga, traductora y experta en feminismos. Participa en programas como «Contratiempo. Historia y Memoria», «En Clave Tuerka», «El Gabinete» de Onda Cero y «A vivir» de la Cadena Ser y colabora con el Teatro del Barrio.

Enrique García Ballesteros. Casi todo lo que sabe lo vio en una película o lo leyó en un libro. Cree que la humanidad en conjunto, comparativamente, no es gran cosa, pero que cada ser humano es un universo en peligro de extinción que tiene una capacidad infinita de influir en su entorno y de cambiar las cosas. Lo mira casi todo por un agujerito… su propia vida también. Es escritor, historiador, periodista, editor y diseñador gráfico. Lleva más de veinte años trabajando entre libros: leyendo, corrigiendo, montando una librería (Venir a cuento), haciendo entrevistas y escribiendo artículos de historia de la propaganda, del cine, del cómic… para revistas especializadas y para algunos de los principales medios de comunicación. También acaba de publicar su primer libro de relatos: Vidas mías (Lupercalia, 2015).

lunes, 2 de mayo de 2016

Heberto Gamero: 'Inventores: minibiografías ilegales'

'Inventores. Minibiografías ilegales' nos muestra el rostro humano de treinta y tres inventores a través de los ojos del escritor venezolano Heberto Gamero. Albert Einstein, Graham Bell, Newton, Thomas Edison, Marie Curie, Mary Anderson, Josephin Cochrane, son algunos de estos grandes hombres y mujeres. El autor refleja su aspecto más personal y humano, sus luchas y sus debilidades, y sobre todo el sacrificio íntimo que tuvieron que realizar para desarrollar sus inventos o realizar sus descubrimientos. Esos que nos permiten hoy en día a todos disfrutar una mejor calidad de vida.  Les ofrecemos un aperitivo de esta original obra. Así arranca  la vida de Walt Disney:


"-Lo siento, Ubbe, pero no puedo seguir con esto.
 -Pero, sólo ha pasado un mes...
 -Nos apresuramos un poco.
Así fue como terminó nuestro primer proyecto empresarial. Nos habíamos conocido en la Pesmen-Rubin Commercial Art Studio y desde el principio nos hicimos buenos amigos tal vez porque ganábamos lo mismo (cincuenta dólares al mes) o porque ambos éramos dibujantes. Pero cincuenta dólares no eran sufiucientes para un par de jóvenes ansiosos y ávidos de progreso. Así que nos despedimos de ese trabajo sin que importara lo que quedaba tras la puerta y decidimos montar nuestra propia empresa. No fue una decisión fácil, pero en aquellos años, y en aquel país que como el agua hervida burbujeaba de prosperidad, este par de jóvenes ambiciosos no vio obstáculo algunos en su futuro que les impidiera independizarse. Pero Walt era un muchacho muy perspicaz, muy atento a sí mismo y a todo cuanto le rodeaba, y consideró que aún no estaba listo para montar tienda aparte y al mes de separarnos de la agencia de publicidad, de habernos lanzado al abismo, me dijo eso de lo siento Ubbe, pero no puedo seguir con esto. Me sentí decepcionado, miserable, engañado, ¿adónde se habían ido nuestros planes, el nombre de nuestra naciente empresa, lo que esperábamos de ella?"

domingo, 1 de mayo de 2016

Jorge Urreta: '¿Quién dijo miedo?'

Este bilbaino tiene ya en su haber tres novelas: 'Decisiones', 'El año de la hortaliza' y esta que os presentamos: '¿Quién dijo miedo?' Recurrió con éxito a una campaña de mecenazgo para elaborar y publicar 'Venganza', que saldrá a la calle en los próximo meses. Informático de día y escritor de noche, aborda con la misma pasión la novela negra que la ciencia ficción: "Me gustan especialmente las historias que me sorprenden y me retan a probar formas de narración o recursos literarios con los que nunca antes me había atrevido", asegura Urreta.  '¿Quién dijo miedo?' lleva además de ésto: intriga, acción y misterio:



"Tanto tiempo como llevaba Aitor en el hospital había pasado ya Luis Segovia investigando el caso del centro comercial, que a diferencia de lo que la opinión pública pensaba, no había quedado cerrado, aunque tampoco era de los prioritarios. Segovia, antaño uno de los más condecorados inspectores de policía del país, llevaba cinco años en una silla de ruedas, consecuencia de un accidente de coche mientras perseguía a toda velocidad a un supuesto secuestrador. El departamento de policía le había ofrecido retirarse con la paga completa y una nueva medalla, pero él había solicitado un puesto administrativo o al menos algo que le permitiera investigar o ayudar en las investigaciones de otros. Llevaba más de quince años en la policía y quería retirarse como tal, y no como un lisiado, aunque no hubiera posibilidades de que volviera a caminar. Sus superiores, conscientes de que un puesto administrativo le mataría tanto como tener que irse a casa, decidieron darle una oportunidad como investigador, aunque tuviera que hacerlo desde su ordenador conectado a Internet. Pero, de todas formas, no le permitirían trabajar en casos complejos o que requiriesen mucha rapidez o trabajo de campo. En cambio, se encargaría de losç casos difíciles, es decir, de los que nadie quería por imposibles, o de los casos sin resolver. De hecho, en eso había ocupado su tiempo durante el último año: un caso que además de estar abierto, era de los que nadie quería coger".